El “informe Kissinger” sobre Centroamerica

A partir de la conversión del sistema internacional en multipolar, el concepto de interés nacional de los Estados Unidos de América Latina lleva implícitos dos principios: la utilización de la fuerza, y la negociación política y cooperación económica. Éstas serán las características de las administraciones sucesivas, poniendo el acento en uno u otro principio, dependiendo de la situación coyuntura del país en cuestión. La política norteamericana de Carter se puede definir como una mezcla entre el idealismo de Wilson y el desarrollo de los principios de negociación política y cooperación económica. Fruto de este desarrollo de negociación son el tratado Torrijos-Carter y la retirada de la ayuda al dictador Somoza.
La nueva visión de la diplomacia americana, al desarrollar este principio más suave respecto a Centroamérica, tendrá en Kissinger el mayor aporte teórico y conceptual. Era necesario una acomodación de la política exterior a la nueva realidad internacional, por lo que había que propiciar y potenciar la negociación y la cooperación económica en el área con el fin de convertir primeramente a Centroamérica en una zona de “Orden legítimo”. Para ello, debía establecerse una negociación con la URSS sobre las zonas mutuas de influencia, y negociar con los gobiernos de la zona sobre la base de un estudio de las necesidades económicas, país por país. Algunos de los objetivos de Kissinger, recogidos en un informe, son:
  1. Conservar la autoridad moral y política de los Estados Unidos por medio de acuerdos donde los gobiernos centroamericanos reconozcan su protagonismo destacado.
  2. Democratizar Centroamérica.
  3. Mejorar las condiciones de vida de los pueblos centroamericanos, propiciando una cooperación económica discriminada rentable para la estabilidad política del continente.
  4. Fomentar el cambio pacífico de Centroamérica resistiendo a la “violación de la democracia” por la fuerza y el terrorismo.
  5. Prevenir la expansión o el peligro de “contagio revolucionario” en Centroamérica, reforzando los eslabones más débiles: El Salvador y Guatemala.

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