La teoría transnacional: interdependencia y dependencia

En la década de los setenta existirá una revisión de los presupuestos clásicos que incluirán nuevos enfoques y paradigmas en el estudio del medio internacional, con una serie de rasgos comunes que hacen referencia a las siguientes cuestiones:
  1. coincidencia en la insuficiencia del esquema estatocéntrico para el análisis internacional;
  2. intento serio para lograr una síntesis del enfoque clásico y “científico”;
  3. abandono de fórmulas anteriores, y estudio de problemas reales del medio internacional;
  4. incremento de los estudios sobre la solución de conflictos;
  5. internacionalización de estos estudios.
Los trabajos teóricos sobre la interdependencia y dependencia rechazan el modelo estatocéntrico y centran su análisis en las relaciones transnacionales configuradoras de la Sociedad Internacional actual. Sin embargo, partiendo de estos presupuestos comunes, existirán diferentes concepciones transnacionales, como las de Kaiser, Keohane y Nye.
Para Kaiser, el concepto de “política internacional” de los estudios realistas es demasiado simple para reflejar la complejidad del sistema internacional. El modelo que mejor explica las relaciones y dinámicas de la sociedad internacional es el de las políticas multinacionales, las cuales comprenden los procesos en los cuales las “burocracias públicas” reparten valores en los planos interpenetrados a través de las fronteras nacionales. Así, una sociedad transnacional se define “como un sistema de interacciones, entre dos o varios actores sociales en un marco diverso”. La política transnacional es definida como “los procesos políticos entre gobiernos (y las organizaciones internacionales) que han sido puestos en marcha por la interacción en el interior de una sociedad transnacional”. Aunque en un plano teórico es posible considerar una política transnacional en la que los actores tengan igual peso, en la realidad internacional lo normal es la existencia de actores con diferente peso político y económico. Por ello, existirá a) una política transnacional equilibrada, donde los actores tienen un peso relativo similar, y b) una política transnacional con efectos de dominación, donde los actores en relación tienen un diferente peso, por lo que se produce una penetración controlada de uno hacia el otro.
No obstante, los estudios de Keohane y Nye serán los más representativos de esta corriente. Parten de una crítica bien construida del modelo estatocéntrico, y señala que dicho enfoque ignora las relaciones intersocietarias y otros actores de protagonismo cada vez más creciente en la sociedad internacional. Estos autores entienden por interacciones transnacionales “el movimiento de ítems tangibles e intangibles (información, presión, dinero, influencia, etc.) a través de las fronteras estatales”, y reivindican la sustitución del modelo realista estatocéntrico por un modelo que denominarán de la política mundial. Para ello, parten de una nueva definición genérica de política que se refiere “a las relaciones en las que al menos un actor utiliza conscientemente recursos, materiales y simbólicos, incluida la amenaza o el ejercicio del castigo, para inducir a otros actores a comportarse de forma diferente a como lo hubiesen hecho en otra circunstancia”. Así, política mundial se refiere a las interacciones políticas entre actores significativos en un sistema mundial; los actores no están limitados por las fronteras estatales (tal actor no necesita ser un Estado). Con estas relaciones transnacionales, surgen dependencias e interdependencias entre los gobiernos, que crearán nuevos instrumentos de influencia para ejercer unos sobre otros.
En cualquier caso, la interdependencia supone afirmar la existencia de múltiples canales conectando a las sociedades (relaciones interestatales, transgubernamentales y transnacionales), y que existe una renuncia expresa a la utilización no legitimada de la fuerza para la solución de los problemas. Esta legitimidad sólo puede encontrarse en los órganos mundiales transnacionales. Desde esta interpretación, las relaciones que se producen en el marco transnacional son, sobre todo, de dependencia cuando se valoran política y económicamente los efectos desiguales que producen dichas interacciones. Las relaciones transnacionales son básicamente relaciones de subordinación y, por lo tanto, también de dominación desde un centro a una periferia.

La concepción transnacional descansa en la noción de interdependencia. El término interdependencia no se limita a situaciones de beneficio mutuo, ya que en este caso, estarían excluidas relaciones de dependencia mutual tales como la interdependencia estratégica entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Para estos autores, la interdependencia siempre implicará costos, dado que reduce la autonomía: “transacciones que tienen efectos recíprocamente costosos para las partes”; pero no es imposible determinar a priori si los beneficios de una relación serán mayores que los costos. Esto dependerá tanto de los valores que animen a los actores como de la naturaleza de la relación. En cualquier caso, allá donde existan efectos de costo recíproco en los intercambios (aunque no necesariamente simétricos), habrá interdependencia. Cuando las interacciones no implican efectos de costo significativos, simplemente hay interconexión. Esta diferenciación es vital para entender la política de la interdependencia.

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