El Sistema Monetario Internacional

El patrón oro y las áreas monetarias

Al atractivo que tiene una moneda de uso común, se une su capacidad para formar un patrón monetario. Durante el siglo XIX, el librecambio y la existencia del patrón oro como referencia monetaria formó parte de la filosofía económica de la época. Un país podía definir la unidad de cuenta como igual a un cierto peso de oro, manteniendo la circulación en monedas de oro, expresadas en términos de la unidad de cuenta. Eso es lo que se consideraba un patrón oro monometílico.

La moneda de oro acuñada mantenía su valor de cambio como moneda y su valor intrínseco como mercancía. Pero si las autoridades económicas del país deciden mantener la circulación de monedas en oro y en plata de pleno contenido, la unidad de cuenta en relación a un cierto peso y ley, el resultado sería un patrón bimetálico de oro y plata. Para que funcione de forma equitativa, el valor de cada moneda debía mantenerse dentro de la relación legal entre los dos metales, determinada por la definición metálica de la unidad de cuenta. En caso contrario, funcionará la Ley de Gresham, que nos dice que la moneda mala desplazará a la buena. La moneda del metal legalmente infravalorado desplazará de la circulación a la moneda buena, legalmente sobrevalorada, que se atesorará.

El patrón oro solo necesitaba dos requisitos para funcionar:
  1. El mantenimiento del valor de la unidad monetaria.
  2. La libertad de movimientos del metal.
El primer requisito de ha cumplido a través de las distintas modalidades de patrón que se han planteado:
  1. Patrón oro clásico (vigente hasta 1914). El país se compromete a acuñar cuando los particulares lo soliciten. Su mecanismo de ajuste pasa por la variación de los activos internacionales en poder del Banco Central y en su efecto sobre el dinero en circulación.
  2. Patrón lingotes oro (introducido en Inglaterra por la Ley de 1925). Es lo mismo que el patrón oro, pero sólo para cantidades superiores a un determinado nivel o múltiples del mismo.
  3. Patrón cambios oro (vigente en los años anteriores a la Gran Depresión de 1929 y en la posguerra). El país mantiene la paridad comprando o vendiendo divisas de otros países que estén incluidos en el régimen de patrón oro, en laguna de las dos modalidades anteriores. El ajuste recae sobre los países cuya moneda no es de reserva.
Aunque las reglas de aplicación del patrón oro no fueran homogéneas entre los países que lo aplicaron, cumplió su función como patrón monetario. La Primera Guerra Mundial afectó al funcionamiento del patrón oro y a las relaciones económicas internacionales. El abandono del patrón y la fluctuación del tipo de cambio que le siguió, llevó a devaluaciones competitivas formando parte de la aplicación política de empobrecer al vecino, encareciendo las importaciones y favoreciendo las exportaciones nacionales.

Uno de los intentos más notables para lograr un acuerdo de la política internacional basado en la cooperación, fue la Conferencia de Londres celebrada en 1933 o Conferencia Económica Mundial. Al Conferencia fue un fracaso. Los países con patrón oro y los del área de la Libra enfrentaron sus posiciones, en cuanto que los primeros argumentaban la necesidad de evitar la fluctuación de los tipos de cambio con Estados Unidos y los seguidos defendían la libertad, en el terreno de los pagos y en el comercial. En el terreno de los pagos para llevar a cabo una política económica que favoreciese la recuperación y la expansión económica y en el terreno comercial, solicitando la reducción a los obstáculos al comercio. Gran Bretaña tuvo un papel decisivo en le fracaso de la conferencia, pero la devaluación del dólar, también contribuyó al fracaso de la Conferencia de Londres.

El abandono del patrón oro distorsionó el mercado de cambios, el primer paso para el abandono del patrón oro lo dio Gran Bretaña en 1931, seguida por los países ligados a ella política y comercialmente. En 1933 lo abandonó Estados Unidos y devaluó el dólar. Le siguieron los países del Hemisferio Occidental. Los únicos países que mantenían el patrón oro, Bélgica, Francia, Holanda y Suiza, lo abandonaron en 1934.

Los problemas por el abandono del patrón oro, como la fluctuación de los tipos de cambio, va a ser motivo de preocupación de la comunidad internacional, organizada desde el punto de vista monetario de 1934 en tres áreas: la libra, el dólar y el franco francés. Para hacer frente a la falta de estabilidad monetaria, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos llegaron a un acuerdo, el Acuerdo Tripartito, para mantener “el mayor equilibrio posible en el sistema de cambios internacionales”. En un primer intento de cooperación monetaria desde la desaparición del patrón oro y antes de la Segunda Guerra Mundial, se puede considerar un antecedente del Fondo Monetario Internacional.

La cooperación monetaria internacional y la organización del sistema monetario

Los desastres económicos de los años 30 se agravaron por la aparición de un círculo vicioso caracterizado por el aumento del proteccionismo, el descenso del comercio y la caída de las inversiones. El comercio internacional había estado desacelerándose desde la primera década de siglo. La elevación de los aranceles y la introducción de nuevos obstáculos al comercio, se incrementan como resultado de la crisis, al utilizarse como arma defensiva para hacer frente a los graves problemas económicos nacionales.

La introducción del Arancel Hawley-Smoot por Estados Unidos para hacer frente a la crisis, significó un incremento del nivel de protección mundial y con su introducción paralizará los intentos desde 1925 a 1929 había desarrollado la Sociedad de Naciones, para detener el nivel de protección comercial. La utilización de los aranceles coma rama comercial se extendiói por el resto de los países y las consecuencias sobre el comercio internacional fueron nefastas. El resultado: empobrecimientos de las relaciones comerciales y una disminución del nivel de comercio mundial.
La Sociedad de Naciones siguió trabajando en pro del multilateralismo y la libertad de comercio e hizo público numerosos informes. El proteccionismo y el endurecimiento de los obstáculos al comercio no beneficiaban a ningún país, y menos a Estados Unidos, que habían acelerado su expansión con el Arancel Hawley-Smoot.

Las exportaciones americanas se habían reducido y no era posible proteger más el mercado interno. Solución: para mejorar la situación del comercio, se presentaba con los acuerdos bilaterales. Estados Unidos inició en 1934, con el Programa Cordell-Hull, la posibilidad de negociar rebajas arancelarias recíprocas. La influencia sobre el comercio mundial fue muy reducida debido a las especificaciones sobre las características de los productos, lo que impedía su extensión a terceros países y a la mejora del comercio internacional.

También se vio afectado por la crisis global: los pagos sufrieron los efectos discriminatorios en el comercio internacional por el incremento de los obstáculos en los intercambios, al entorpecer al sistema de compensación multilateral de créditos y deudas internacionales. Para hacer frente a estos problemas en los pagos, se implantaron una serie de acuerdos, generalmente bilaterales, de compensación de deudas y créditos, llamados también clearing. A excepción de Estados Unidos, la mayoría de los países europeos adoptaron algún sistema de clearing.

Con la Segunda Guerra Mundial Europa quedó materialmente destrozada. El esfuerzo bélico había desplazado el potencial productivo y financiero y las economías de los países (excepción: Estados Unidos) estaban muy distorsionados. Con el objeto de aliviar la pobreza y la miseria de las regiones que iban siendo liberadas, la UNRRA o Administración de Socorros y Reconstrucción de las Naciones Unidas, se encargó desde 1943 a 1946 de atribuir alimentos, vestidos, medicinas e incluso bienes de equipo. La UNRRA supuso un primer intento de colaboración entre 44 países que financiaron la iniciativa con la aportación del 1% de su renta nacional. Con la puesta en marchas del Plan Marshall, la UNRRA desapareció en 1947.

La escasez de dólares socavaba los planes de Estados Unidos para reanimar el comercio mundial y su propio comercio. Europa, y Gran Bretaña, necesitaban esos dólares para financiar las importaciones procedentes de Estados Unidos. Para ayudar a Gran Bretaña, en 1946, Estados Unidos firmó un acuerdo por el que saldaba las deudas contraídas por la misma, al amparo de la Ley de Préstamos y Arriendos, dejando la deuda en una cantidad simbólica (650 millones de dólares).
Estados Unidos concedió a Gran Bretaña un préstamo de 5 millones de dólares, para cubrir su déficit comercial. El préstamo fue aprobado en 1946, con un interés del 2% y un plazo de amortización de 50 años. Gran Bretaña hizo de la concesión del préstamo, un prerrequisito para su ratificación de los acuerdos de Bretton Woods. Además Gran Bretaña, se comprometió hacerse miembro de la Organización Internacional de Comercio y de establecer la convertibilidad de la libra en el plazo de un año.

El Acuerdo fracasó. Ante la imposibilidad del gobierno británico de sostener la convertibilidad de la libra. Antes de la guerra, la libra era la moneda de referencia más importante del comercio mundial. El comercio denominado en libras, con los países de la Commonwealth (Australia, Sudáfrica y colonias británicas) y países con los que Gran Bretaña tenía acuerdos bilaterales, suponía alrededor de la mitad de las exportaciones e importaciones mundiales. La convertibilidad de las monedas de los países citados en otras monedas distintas, era muy limitada. Por ello, Estados Unidos, consideraba el mantenimiento de los controles de la convertibilidad de la libra, incompatible con los esfuerzos para reducir los obstáculos al comercio y no estaban dispuestos a que sus préstamos sirvieran solamente para impulsar el comercio del área domina por la libra.

Gran Bretaña era contraria a la convertibilidad y cuando se eliminaron los obstáculos en 1947, se produjo un desplazamiento de libras hacia dólares. Se tuvo que suspender la convertibilidad, solo restablecida a partir de 1958. Los préstamos de Estados Unidos a Francia fueron los más importantes que se habían concedido a un país desde el inicio de la guerra. Francia recibió, a través del Export-Import Bank, 550 millones de dólares, más otro préstamos de 650 millones de dólares. Estados Unidos prestó a Italia 330 millones de dólares y al Benelux, 430 millones de dólares.
Los países de Europa Oriental recibieron 550 millones de dólares. La propia Unión Soviética solicitó una ayuda de 6 millones de dólares en 1945 para la reconstrucción, a cambio de su apoyo a los acuerdos de Bretton Woods. Posteriormente se redujo a un millón de dólares y finalmente se quedó en nada, tras la oposición del Congreso americano a la política de Stalin y a la decisión de la URSS de no hacerse miembro del FMI y del Banco Mundial.

A excepción de los países del Este y Centro Europa, parecía que la cooperación entre los países proporcionaba mejores resultaos que el enfrentamiento comercial y económico. La guerra aún no había terminado y la situación no dejaba de ser incierta. Existía ansiedad sobre los inevitables cambios políticos y económicos que produciría la paz. También había sospechas sobre las ambiciones de Rusia y Estados Unidos. Era necesario establecer una estructura institucional internacional, para poner en orden el sistema monetario y financiero internacional y fomentar la cooperación en la postguerra.

Los planes monetarios de la postguerra

Los debates para organizar un sistema monetario en la postguerra comenzaron durante la guerra, en 1942, bajo el impulso de Gran Bretaña. El resultado fue la elaboración de dos planes, el plan Keynes por el lado británico, y el plan White por el lado americano. Ambos debían servir de base para los debates en la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas a celebrarse en Bretton Woods, en 1944. Keynes propuso la creación de una Unión de Clearing Internacional que administraría cierto volumen de liquidez ( no estaría sujeta a depósitos previos sino constituida por descubiertos que concederían los países acreedores de los deudores, con determinados limites), en función de las necesidades del comercio y las relaciones internacionales, cumpliendo una base estabilizadora al poder presionar a los países (acreedores y deudores) para eliminar los desequilibrios. Este organismo crearía una moneda internacional, el Bancor.

El plan White proponía la creación de un fondo de estabilización de cambios, alimentado por las aportaciones de los países miembros. En caso de dificultad en la Balanza de Pagos, los países miembros podían obtener divisas extranjeras contra moneda nacional, con limitaciones. El peso del ajuste recaería sobre os países deudores y los préstamos del Fondo no serían automáticos, sino condicionados a la adopción de determinadas medidas equilibradotas. Debido a la imposibilidad de conciliar ambos planes, se llegó a un acuerdo entre Estados Unidos y Gran Bretaña y se propuso el plan norteamericano y la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Los fundamentos del Sistema Monetario Internacional de Bretton Woods

El SMI acordado en Bretton Woods, basado en los siguientes fundamentos:
  1. El funcionamiento del sistema de paridades, que permitía el ajuste de los tipos de cambio (en caso de desequilibrio de la economía del país participante), evitando la depreciación competitiva entre las monedas, en el periodo de entreguerras.
  2. La estabilidad de los tipos de cambio mediante la intervención en el mercado para asegurar los márgenes (excepto los países que compraban y vendía oro libremente para liquidar las transacciones internacionales).
  3. La eliminación de las restricciones y discriminaciones a los pagos y a las transferencias corrientes.
Mientras los países miembros estaban obligados a hacer convertibles sus monedas, se les permitía plena autonomía para restringir las transferencias de capital. El dólar de Estados Unidos se convirtió en la moneda de referencia para casi todos los márgenes de intervención, debido a la preponderancia adquirida en la postguerra. Los Estados Unidos asumieron una función pasiva en el mercado de divisas. Con el tiempo, el sistema se vio amenazado por el mal funcionamiento, por la incompatibilidad de las monedas de las políticas internas y de tipo de cambio de los países miembros, y por la incapacidad del sistema para adecuarse a las variaciones económicas y financieras.

El papel de Estados Unidos y del dólar, como garantía internacional, se vio deteriorados en la década de los 60, cuando los cambios estructurales y las alteraciones de precios y costes relativos provocaron unas pérdidas de competitividad de la economía americana. Se hizo más evidente: 1) la inadecuación del tipo de cambio entre el dólar y el resto de las monedas, y 2) la imposibilidad del sistema para soportar las tensiones que comportaba un método se creación de reservas., que suponía persistentes desequilibrios en la Balanza de Pagos del país ancla.

La decisión de crear los Derechos Especiales de Giro (DEG)estuvo basada, en que se consideró el mecanismo más racional y eficiente para adaptar la oferta mundial de recursos internacionales a las necesidades globales a largo plazo de dichos recursos. La mala ordenación de los tipos de cambio, las fuertes salidas de capital y la creación de reservas, en 1970 y 1971, demostró que no se disponía de un mecanismo estable. Las fuertes corrientes de capital incentivado por la caída de confianza en el sistema de paridades fijas, más el empeoramiento de la Balanza de Pagos de Estados Unidos, debido en una gran parte a la financiación de la guerra de Vietnam, contribuyeron a intensificar la presión sobre el dólar y sobre los recursos de oro de ese país. En 1968 cesó la intervención en el mercado privado del oro y el 15 de agosto de 1971, el presidente Nixon suspendió la convertibilidad en oro y otros activos de reserva de los saldos oficiales en dólares.

Las medidas adoptadas el 18 de diciembre de 1971 en los Acuerdos de Washington, con la devaluación del dólar y la revelación del marco alemán y el yen intentaron poner orden sobre los problemas del sistema. Se acordó establecer un régimen temporal cambiario según el cual se permitía que los tipos de cambio de las monedas de los países miembros pudiesen fluctuar dentro de un margen del 2.25 % en torno a la relación establecida entre su moneda y la moneda de intervención, el dólar. Los tipos de cambio resultantes, podían fluctuar en unos márgenes que no debían sobrepasar el 4,5 % de la relación basada en sus paridades relativas o tipos centrales, con n margen adicional del 1%.

En los Acuerdos de Washington, de volver a los tipos fijos, el nuevo sistema era diferente de los acuerdos de Bretton Woods. Aunque el dólar permanecía como la moneda central del sistema, ya no era convertible en oro. El nuevo régimen era un área monetaria sin referencia numeraria expresa y aunque el dólar de facto era el anclaje, los Estados Unidos, no tenían ninguna obligación de convertibilidad.
Entre 1971 y 1973 la especulación contra el dólar fue muy fuerte. Colaboró el déficit básico de la Balanza de Pagos americana y el aumento de la demanda de oro con fines especulativos, ante la incertidumbre de Sistema Monetario Internacional y el papel de oro en el futuro. El patrón monetario en esa época era un patrón-dólar. El patrón-dólar no funcionó de manera eficiente al carecer de mecanismos para encauzar una política monetaria y financiera apropiada para el país ancla y el resto de los países. El 8 de mayo de 1972 devaluó de nuevo el dólar y para esa fecha, al menos diez países miembros del FMI, habían notificado ya la modificación de las paridades de sus monedas y once países habían permitido la flotación. En 1972 la libra esterlina empezó a flotar “temporalmente”, a consecuencia de las presiones especulativas y los países cuyas monedas se mantenían ligadas a la libra, iniciaron también a la flotación.

A finales de 1972 y primeros de 1973, la especulación en el mercado de divisas se intensificó. Los principales países industrializados dejaron en flotación sus monedas interviniendo en los mercados de cambio, sólo para evitar las oscilaciones monetarias, más que para defender la paridad de su moneda. Los Acuerdos de Jamaica (1976) legalizaron las prácticas monetarias que se habían generalizado desde el derrumbe del Sistema Bretton Woods en 1973, y a partir de ese momento comienza el funcionamiento de lo que se ha denominado un “no sistema monetario internacional”.

Propuestas teóricas de reforma del Sistema Monetario Internacional de Bretton Woods

A lo largo de los años 60 se elaboraron muchas propuestas u planes con la intención de reformar el Sistema Monetario Internacional que se había establecido en la Conferencia de Bretton Woods en 1944. Estas propuestas no pasaron del plano teórico, sirvieron para ir poniendo de manifiesto las lagunas que arrojaba un Sistema Monetario Internacional que se había establecido para una época diferente y que al ir variando la situación económica internacional, este mismo cambio ejercía presión sobre las normas establecidas.

Propuestas teóricas en la década de los sesenta

Los defectos del Sistema

Las propuestas de reforma del SMI consideraban que el sistema se estaba enfrentando a tres problemas y había que buscar solución si se pretendía mantener cierta estabilidad monetaria internacional. Dichos problemas eran: liquidez, confianza y ajuste. La obra que más influyó en la evolución de los planteamientos de los planes de reforma del SMI fue el libro de R. Triffin, donde se cuestionó la viabilidad del patrón cambios-oro. Griffin puso que al aumentar la oferta de oro más lentamente que la demanda de reservas, la creciente necesidad de liquidez internacional sólo podía ser cubierta mediante un aumento de los dólares en circulación.
Pero la acumulación de dólares en las reservas de los países tenían unos límites potenciales debido al factor confianza, ya que llegaría un momento en que sería imposible mantener el precio del oro al disminuir las reservas netas del metal en poder de Estados Unidos, al tener que hacer frente a la solicitud de convertibilidad de dólares en oro. El sistema estaría amenazado por su propio funcionamiento. La obra de Triffin era una modificación de la propuesta realizada por Keynes en 1943 sobre la creación de depósitos en Bancor y la Unión del Clearing Internacional.

Triffin propone transferir parte de las reservas que tenían los países al Fondo Monetario Internacional, a cambio de depósitos en el propio Fondo, que se llamaría Bancor.
Estos depósitos o Bancor permanecerían líquidos y se considerarían como parte de las reservas monetarias de casa país, que podían utilizarse para realizar los pagos internacionales. Los Bancor serían una nueva moneda internacional.
Al Fondo se le dotaría de nuevas funciones, mediante su conversión en un banco Central de Bancos Centrales y a través de la gestión de sus propios préstamos se controlaría la liquidez internacional. El plan de reforma que proponía Triffin desembocaba en un FMI reforzado, que garantizaba la liquidez y el ajuste del Sistema, y donde la confianza quedaba garantizada.

Otro plan en el que el Fondo Monetario Internacional jugaba un papel importante fue el propuesto por Sir Maxwell Stamp. El Fondo emitiría certificados de crédito, que servirían como garantía para las obligaciones internacionales hasta una cantidad que se igualase a las cuotas de cada país en el Fondo. No era necesario emitir físicamente estos certificados, bastaría realizar las anotaciones contables y se utilizarían como garantía para las obligaciones internacionales hasta una cantidad igual a la cuota del país en el Fondo. No se utilizaría como medio de pago, el Fondo lo pondría a disposición de los mismos, mediante préstamos de alguna institución de desarrollo, que a cambio de monedas nacionales proporcionaría liquidez a países con problemas.

La provisión de liquidez al Sistema fue una de las principales preocupaciones de las propuestas de reforma monetaria internacional, por el peligro de provocar un aumento de la inflación mundial. El sistema propuesto por Triffin como por Stamp, dan importancia a la liquidez controlada por un organismo internacional, se traduciría en un debilitamiento de la soberanía nacional sobre las variables monetarias básicas internas.

Uno de los planes de fortalecimiento del patrón cambios-oro fue el propuesto por Edward M. Bernstein en 1963. El oro se mantenía en el sistema monetario por razones históricas de liquidez y seguridad, la estabilidad del sistema dependía de la voluntad de los países con gran componente de dólares en sus reservas, en no solicitar la convertibilidad del dólar en oro. Bernstein propuso que los principales países desarrollados deberían mantener un porcentaje mínimo obligatorio en dólares, para soslayar los inconvenientes que provocaba en el sistema de convertibilidad del dólar en oro. Proponía que los países más importantes en el mundo depositasen sus reservas en el Fondo y como contrapartida se creasen unas unidades de reserva que suplementarían al oro y deberían ser aceptadas por los países participantes en el FMI.

El Fondo sería el encargado de gestionar este sistema. Esta parte del plan de Bernstein, propone la creación de una nueva unidad de reserva, fue recogido en el Informe del Comité Ossola en 1965. Este Informe se elaboró a instancias del Grupo de los 10, deseaban hacer hincapié en la creación de un nuevo activo de reserva internacional. Algunos autores consideran que los nuevos activos de reserva son el precedente más directo de los Derechos Especiales de Giro.

En la propuesta de Zolotas, se preveía que los países proporcionasen garantía-oro a los saldos de sus monedas en poder de las autoridades monetarias extranjeras, con el objeto de evitar los movimientos desestabilizadores de capital. Robert Roosa se mostró a favor de un sistema de reserva múltiple, en lugar de sólo dos o tres monedas clave. Per Jacobsson, se inclinó por el mantenimiento del patrón cambios-oro y el incremento de los recursos del Fondo, a través de préstamos de sus miembros.
Otros como Sir Roy Harrod, consideraron que con la elevación del precio del oro se podría continuar con el patrón cambios-oro, ya que los problemas mundiales de escasez de liquidez quedarían resueltos. Para Harrod, el principal problema era la escasez de reservas, desincentivaría la especulación y estimularía la puesta en explotación de yacimientos marginales.

Hay otro grupo de planes, cuyos autores proponen la vuelta al patrón oro. Esperaban que con la vuelta al patrón oro, la economía internacional volvería a la senda de la estabilidad monetaria y al automatismo anterior a 1914. (Rueff y Heilperim). Jacques Rueff abogaba por la eliminación de este sistema, haciéndolo responsable de los males de la economía, avisando de los peligros del sistema y poniendo de manifiesto la necesidad de variar los planteamientos económicos de la postguerra.

El trasfondo de la crisis monetaria internacional. Mecanismos para reforzar el sistema

Junto a los planes alternativos, el propio sistema arbitraba determinados mecanismos, para tratar de amortiguar las frecuentes perturbaciones en el funcionamiento del patrón cambios-oro. Entre esos mecanismos, se encuentran la creación del pool del oro en 1961, el incremento de las cuotas del Fondo Monetario Internacional en 1959 y 1964, los Acuerdos Generales de Préstamo y los DEG.
Estas medidas contribuyeron a la continuidad esencial del SMI, no evitaron que la desconfianza siguiera aumentando. La Balanza de Pagos americana contribuyó con su déficit al incremento del volumen de dólares incontrolados en la liquidez mundial.

Desde Bretton Woods, la libra esterlina y el dólar eran considerados las monedas clave del sistema. La economía británica pasó por un momento crítico, y por ello la libra se devaluó en 1967, y perdió su condición de moneda de reserva clave que había mantenido.
Al devaluar la libra esterlina, la corriente especuladora se desplazó hacia el dólar y a favor del oro, provocando un incremento de demanda de oro no monetario, lo que produjo un aumento en la diferencia entre el precio del mercado libre de oro y el mercado oficial, llevó a una reducción de las reservas auríferas oficiales del pool del oro. Debido a la corriente especuladora, en 1968, se suspendió la intervención en el mercado privado del oro y se suspendieron las operaciones del pool del oro, creándose un doble mercado para el oro.

Se decidió que el oro de las reservas oficiales, se utilizase sólo para los pagos o transferencias entre autoridades monetarias. La segunda mitad de los años 60 viene marcada por la especulación a favor del oro y en contra del dólar y la libra esterlina. Al devaluar la libra en 1967 la responsabilidad del dólar en la situación financiera internacional adquiere mayores proporciones.
El buen funcionamiento del sistema exigía una Balanza de Pagos sin déficit. En la década de los 60, el aumento de reservas mundiales se hizo a través de monedas de reserva y oro. Según el Informe Anual del Fondo Monetario Internacional de 1970, se produjo un incremento en el componente de oro y monedas de reserva, especialmente dólares y libras esterlinas. En la segunda mitad de los 60 se observó un cierto cambio en los años anteriores. Son los años en que comienza a adquirir auge el mercado de eurodólares y la posición de reservas en el Fondo Monetario Internacional, procedente del uso de créditos del Fondo y créditos “swaps” entre países está aumentando. 1969, tiene una característica diferenciada, al producirse un importante cambio en la composición de reservas mundiales, debido a la recuperación del oro después de tres años de caídas sucesivas.

Alteraciones monetarias y crisis del Sistema Monetario Internacional

Suspensión de la convertibilidad del dólar

En los 70, las alteraciones monetarias tuvieron una influencia decisiva en la historia del Sistema Monetario Internacional.
El primer acontecimiento importante fue la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro, en agosto de 1971. Con ello se acabó con las presiones de convertibilidad, lo que fue el primer paso decisivo hacia la ruptura con el Sistema Monetario de Bretton Woods. En los primeros meses de 1971, el SMI había dado muestras de desequilibrio en las relaciones entre los tipos de cambio de las principales monedas.

Los movimientos especulativos forzaron a la moneda alemana a flotar en mayo de 1971 y a otros países a intervenir en el mercado de cambios. Estos sucesos, alimentaron la especulación contra el dólar, ya que las autoridades económicas del Estados Unidos no fueron capaces de contener la inflación interior ni el déficit de sus cuentas exteriores. La suspensión de la convertibilidad del dólar provocó un desconcierto en los mercados monetarios. Este desorden se pretendió eliminar, con los Acuerdos de Washington, en diciembre de 1971.
En los Acuerdos de Washington se acordó devaluar el dólar respecto al oro y al DEG, fijando el precio oficial del oro en 38 dólares la onza. Se revaluó, respecto al oro, el yen, el florín, el franco belga y la moneda alemana. El dólar canadiense continuó en flotación. Otra de las decisiones importantes adoptada en los Acuerdos de Washington y que afectaba al funcionamiento del SMI, fue la adopción de unos márgenes más amplios de fluctuación de las monedas.

Los países de la Comunidad Económica Europea, decidieron de acuerdo con el Plan Werner, mantener los márgenes de fluctuación entre sus monedas, reduciendo a la miras los márgenes de fluctuación frente a lo establecido en Washington, que permitía una banda de fluctuación entre las monedas, distinta de la moneda de intervención. El mantenimiento de los márgenes de fluctuación de las monedas europeas entre sí y el mantenimiento de los límites de fluctuación respecto a la paridad con el dólar se conoció como “la serpiente en el túnel”.
Después de los Acuerdos de Washington, la carrera especulativa contra el dólar adquiere de nuevo relevancia. Colaboró el déficit básico de la Balanza de Pagos americana y el aumento de la demanda de oro con fines especulativos entre la incertidumbre del papel del oro en el futuro del Sistema. La nueva paridad del dólar se estableció el 8 de mayo de 1972. Los Acuerdos de Washington habían quedado olvidados. Al menos diez países miembros del FMI le habían notificado la modificación de las paridades de sus monedas y once países habían permitido la flotación. La libra esterlina empezó a flotar “temporalmente” el 23 de junio a consecuencia de presiones especulativas y los países ligados a la libra esterlina por razones financieras y comerciales, dejaron flotar sus monedas.
La doctrina tradicional del FMI había sido siempre contraria a cualquier tipo de flexibilidad.

Flotación generalizada

La segunda alteración importante en el Sistema Monetario Internacional en los 70 fue la flotación generalizada de las monedas.
A finales de 1972 y principios de 1973, la especulación en los mercados de divisas se reavivó. En 1973, se estableció un doble mercado de divisas para la lira italiana, de manera que se dejó flotar el tipo de cambio para las transacciones financieras, mientras que se mantuvo dentro de los márgenes establecidos el tipo de cambio para las transacciones comerciales. Las presiones en los mercados de divisas se intensificaron tras el anuncio realizado en Estados Unidos de proponer una segunda devaluación del dólar de un 10% respecto al precio oficial de oro, lo que llevó a que los países que estaban soportando las mayores presiones especulativas sobre sus monedas, renunciaran a intervenir en los mercados de divisas.

Los principales bancos comerciales europeos y japoneses tuvieron que suspender las transacciones en los mercados de divisas. El 19 de marzo de reanudaron las operaciones oficiales en el mercado de cambios. Canadá, Japón, Irlanda, Italia y Reino Unido continuaron en flotación; algunos, como Portugal y Austria, anunciaron la imposibilidad de mantener los tipos de cambio de sus monedas, dentro de los márgenes oficiales. Los ministros de la CE en una reunión celebrada en Bruselas, habían decidido mantener los márgenes en un 2,25% para las monedas europeas. La flotación de la mayoría de las monedas supuso el final de los Acuerdos de Washington, que para los países de la CE integrados en la serpiente europea implicó el abandono del túnel o abandono del compromiso para mantener los márgenes de fluctuación de los tipos de cambios frente al dólar.

En consecuencia, a finales del mes de julio los principales países industrializados, Estados Unidos, Japón, Canadá, Inglaterra, Suiza y Austria declararon no poder garantizar el mantenimiento del tipo de cambio oficial de sus monedas. Optaron por la intervención en el mercado de cambios, con la intención de evitar las fuertes oscilaciones monetarias. Los países en vías de desarrollo y los países de medio desarrollo miembros del FMI decidieron mantener los tipos de cambio estables respecto a una sola moneda de intervención, la libra, el dólar o el franco francés.

Al adoptar la mayoría de los países miembros del FMI el régimen de flotación de sus monedas, la volatilidad de los tipos de cambio se intensificó. Las razones: la incertidumbre sobre el futuro de las cotizaciones, aunque esta incertidumbre se vio paliada por la práctica adquirida en la gestión de las divisas y por una mayor posibilidad de cobertura a plazo. La intervención en el mercado oficial de cambios por las autoridades de cada país impidió mediante la compra y venta de divisas, que las fluctuaciones de grandes proporciones repercutiesen en la situación monetaria interna, como en el resto de las variables básicas. Esto es lo que se ha llamado un sistema de flotación sucia o flotación administrada, mediante el cual se mantiene el sistema de flotación, pero tratando de neutralizar los efectos no deseados en la economía interna.

Los Acuerdos de Jamaica

Las prácticas monetarias se habían generalizado desde principios de 1970, quedaron legalizadas en los Acuerdos de Jamaica en enero de 1976, enmendándose por segunda vez el Convenio Constitutivo del FMI. La II Enmienda al Convenio Constitutivo del Fondo fue adoptada mediante Resolución del Junta de Gobernadores en abril de ese año, y es el resultado del trabajo realizado en el seno del Comité de Reforma del FMI y temas afines, el Comité de los 20, establecido en 1972. En consecuencia, la II Enmienda a los estatutos del FMI se la puede considerar como la tercera alteración importante en la década de los 70, admitido el iure las más importantes variaciones en SMI acaecidas después de 1973. Entre los aspectos recogidos en la II Enmienda se encuentran:
  1. Legalización de la flotación de las monedas. Los miembros del Fondo quedan libres para aplicar el régimen de cambios que deseen, aunque la libertad de funcionamiento es limitada, los miembros deben aceptar ciertas obligaciones, así como la supervisión de los regímenes cambiarios por el FMI.
  2. Descenso del papel del oro en el FMI, incluyendo una disposición sobre las propias tenencias de oro del Fondo. Los cambios más importantes fueron:
    1. Se eliminó el oro como denominador común del sistema de paridades y como unidad de valor del DEG, pasando a ser el DEG el nuevo valor central del Sistema.
    2. Se abolió el precio oficial del oro, al quedar suprimida oficialmente la definición del valor del DEG en función del oro. Los miembros del FMI quedaban libres para realizar transacciones en oro, entre ellos o en el mercado, aunque existía un acuerdo tácito de mantener la liquidez mundial y no comprometer el papel del DEG como activo principal del Sistema. La enmienda prohibía al FMI la posibilidad de establecer un precio fijo para el oro o influir en su precio en el mercado.
    3. Se eliminó el uso obligatorio del oro como un medio de pago por el Fondo o al Fondo. El FMI sólo podrá aceptar oro si así se aprueba por mayoría del poder de voto total del Directorio Ejecutivo.
    4. Se dispuso a la venta en subasta de la sexta parte de las tenencias de oro del Fondo, 25 millones de onzas, cuyo beneficio de la venta se destinó a los países en desarrollo en grave situación económica, para cuya finalidad se creó el Fondo Fiduciario. Otra sexta parte de las tenencias de oro del Fondo, mediante lo que se denominó proceso de “restitución”, se podría vender a los países miembros al precio oficial del oro antes de la II Enmienda, 35 DEG la onza. El FMI entre 1976 y 1980 efectuó mediante subasta pública las ventas de oro, con un beneficio de 5.700 millones de dólares, fueron a parar al Fondo Fiduciario 4.600 millones de dólares, el resto, 1.100 millones, se destinó a los recursos generales del Fondo para operaciones ordinarias y transacciones.
    5. Los miembros deberán colaborar con el Fondo y con el resto de los países miembros, para asegurar que sus políticas respecto a los activos de reserva sean consistentes con los objetivos de promover una mejor vigilancia de la liquidez internacional e impulsar el DEG como el principal activo de reserva en el Sistema Monetario Internacional.
  3. Se establecieron mejoras en aspectos organizativos y de administración del FMI.

Desarrollo del sistema de reservas múltiples

La cuarta alteración importante en la década de los 70, fue el desarrollo del sistema de reservas múltiples.
La falta de confianza en la estabilidad de la economía americana, había provocado una gran preocupación en kis mercados internacionales por el mantenimiento del valor de dicha diisa en los mercados, especialmente para los países con superávit, cuyas reservas eran fundamentalmente dólares.
Existían algunos factores, para la sustitución de dólares, como sus sustitución por ECUs en las reservas oficiales de los países miembros participantes en el Sistema Monetario Europeo. Incluso EE.UU. había iniciado la acumulación de reservas extranjeras para intervenir activamente en el mercado de cambios extranjeros y para hacer frente a los compromisos adquiridos en divisas extranjeras, en particular marcos alemanes y francos suizos.
El proceso de diversificación de las monedas de reserva no se produjo de la misma forma en los países desarrollados y en los países en vías de desarrollo. Para los países desarrollados, la tendencia a diversificar sus reservas en monedas distintas del dólar se hizo patente a partir de 1975, desplazándose hacia el ECU, yen y marcos alemanes. Los países en vías de desarrollo, siguieron un proceso paralelo a los países industrializados, la proporción de dólares en sus reservas continuó siendo elevada.

Expansión de los mercados de capitales

Otro hecho destacable en la década de los 70, fue el desarrollo de los mercados de capitales, es el quinto acontecimiento importante. La expansión de los mercados de capitales comenzó su auge en los años 70, pero es a partir de la crisis de relaciones monetarias internacionales cuando adquiere mayor relevancia, proporcionando una vía idónea para la colocación de reservas y canalizando la corriente de préstamos, para la financiación de los desequilibrios de pagos exteriores.

El mercado internacional de capitales, se convertirá en la principal fuente de financiación para países con problemas de pagos exteriores, constituyéndose en el medio adecuado para el reciclaje de fondos hacia países de medio desarrollo y en vías de desarrollo no productores de petróleo. Los países industrializados pequeños y los países en vías de desarrollo lo utilizaron para financiar sus déficit de pagos, mientras los países industrializados, para canalizar las corrientes de capitales entre sí.

El mercado de emisiones internacionales, como fuente de financiación, se hizo poco atractivo para los países en vías de desarrollo no productores de petróleo, desde mediados de los años 70, debido a la incertidumbre que existía en el sector financiero internacional respecto a la evolución económica de estos países y a las perspectivas de los tipos de interés. Los países en vías de desarrollo no productores de petróleo recurrieron con mayor intensidad al sector bancario privado internacional para financiar sus déficit exteriores. Este hecho fue decisivo para el aumento del endeudamiento exterior en la mayoría de los países no exportadores de petróleo., a los créditos internacionales se les suele asignar un tipo de interés representativo, de manera que cualquier variación en los tipos de interés de solo un 1% puede añadir varios millones de dólares al pago de intereses por la deuda exterior de muchos países en desarrollo.

La crisis del petróleo

Un sexto acontecimiento importante en la década de los 70, fue la crisis energética, desencadenada en octubre de 173 y que tuvo una segunda fase n 1979. Los efectos de la crisis del petróleo tuvieron serias consecuencias en la financiación y ajuste de las Balanzas de Pagos de la mayoría de los países, que hizo necesaria la búsqueda de nuevas vías de financiación internacional para desviar las grandes corrientes de capital de los países con superávit exterior a los países con déficit. Los fuertes movimientos de capital que se produjeron a partir de entonces y los graves problemas de ajuste y financiación de las Balanzas de Pagos afectaron al funcionamiento del Sistema Monetario Internacional.
El petróleo era una materia prima esencial para la mayoría de los países que habían optado por la industrialización era uno de los principales componentes en las partidas de importación de los países desarrollados y en vías de desarrollo, que no disponían de esa fuente de energía. Al elevarse su precio, el efecto a corto y medio plazo fue la elevación de los costes por importación y el desequilibrio de los pagos externos. El ajuste de las Balanzas de Pagos se planteó de forma distinta según fuesen países exportadores de petróleo o países importadores, industrializados o en vías de desarrollo. Los países exportadores de petróleo vieron que corto plazo, sus economías carecían de una capacidad de absorción de importaciones, que compensase el aumento de sus ingresos exteriores.

Mientras encontraban la forma de utilizar sus recursos financieros para el desarrollo de sus economías internas, optaron por proteger el valor de su dinero colocándolo en los mercados internacionales de capital.
Los países industrializados experimentaron los peores efectos de la crisis energética, en 1973, debido a que la novedad de la situación les cogió desprevenidos para ajustar sus economías. Después del segundo impacto energético en 1979, estos países habían aprendido a adaptar sus economías a los posibles efectos negativos de la crisis, planes de restricción del consumo de petróleo, proyectos de investigación y utilización de otras fuentes de energía.
A los países en vías de desarrollo no exportadores de petróleo, la crisis energética les afectó de tres maneras:
  1. A través de la elevación del coste del petróleo y de sus derivados.
  2. Mediante la elevación del coste de las importaciones de productos manufacturados, cuyos precios se elevaron como consecuencia del aumento del precio de la energía. 
  3. Por los efectos que ejercieron sobre estos países, las políticas económicas estabilizadoras adoptadas por la mayoría de los países industrializados ante la crisis de la energía. La demanda de importaciones de los países desarrollados cayó de forma destacada, afectando las exportaciones de los países en vías de desarrollo.
Los países mas atrasados tuvieron que recurrir en esos años al endeudamiento exterior, para financiar sus desequilibrios de pago exteriores a través de préstamos y ayudas concedidas por organismos oficiales y fuentes privadas internacionales. Respecto a la financiación institucional, el Fondo Monetario Internacional se encontró desbordado, ante las crecientes solicitudes de préstamos por parte de sus miembros, el FMI estableció nuevo canales de financiación. Así se creó el Servicio del petróleo para 1974 y 1975, con carácter temporal se destinó a los países miembros que con mayor intensidad estaban experimentando los efectos más desfavorables de la crisis.

El Fondo financió este servicio, con recursos ajenos procedentes de países exportadores de petróleo y de determinados países industrializados. En 1975 se instituyó una Cuenta de Subvención, para ayudar a pagar el coste en concepto de intereses, por los préstamos del servicio del petróleo por los países más atrasados económicamente y que habían sido afectados más gravemente por la crisis. Ante este tipo de ayudas, los países de más bajo ingreso obtuvieron a partir de 1976 una fuente adicional de financiación, a través del Fondo Fiduciario, alimentado por los beneficios derivados de la venta de oro del Fondo Monetario Internacional.

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