Sistemas Monetarios y Acuerdos de Cambio

Características del actual Sistema Monetario

El Sistema Monetario Internacional, está caracterizado por una mayor flexibilidad cambiaria, descenso del papel del oro y fuerte movilidad de capitales.
En los años 70, estuvo dominada por fuertes déficit fiscales y crecientes niveles de inflación; en los años 80 y 90, hasta hoy, hay estrategias basadas en objetivos monetarios o en objetivos de inflación o una policy-mix, para afrontar la inestabilidad económica y financiera. La política cambiaria ha perdido credibilidad.

En áreas regionales concretas como en la UE, se ha establecido una institución monetaria independiente de las decisiones políticas (Sistema Europeo de Bancos Centrales, SBEC y Banco Central Europeo, BCE), y se ha llegado a un pacto fiscal para los países del área del euro (Pacto de Estabilidad y Crecimiento, PEC).

El tipo de cambio ha dejado de depender de las autoridades monetarias, es el mercado el que lo determina. El sistema monetario actual, es un sistema dirigido por los mercados, que son los que determinan el tipo de cambio e influyen en la cantidad de dinero y en las corrientes de capital que fluyen de un país a otro.
En muchos países con economías emergentes, se ha fijado el tipo de cambio para fomentar las corrientes de capital y reducir la incertidumbre de su evolución.
Si un país decide incorporarse a un sistema de tipo de cambio fijo, puede haber diferentes métodos, el buen funcionamiento del sistema elegido dependerá del volumen de reservas del Banco Central y de la voluntad de intervenir en el mercado, comprando o vendiendo divisas, para permanecer dentro de los márgenes de la banda.

La mayoría de los países en desarrollo que han irrumpido en el sistema económico y comercial mundial se han adherido a un sistema cambiario ligado a una divisa fuerte, incorporándose a la dolarización o a la eurización o a un currency board o junta monetaria para aislarse de la responsabilidad cambiaria, por el temor existente entre los países, de adoptar sistemas cambiarios muy diferentes a los de los países afines geográfica y económicamente y ser objeto de una vigilancia más estrechas por parte de los mercados. En condiciones de fuerte movilidad de capitales, ningún régimen cambiario garantiza unos tipos de cambio estables y competitivos. Con la libe flotación del tipo de cambio de la moneda o con un sistema fijado rígidamente (currency board) existen costes, introduciendo una incertidumbre muy fuerte en los países con los que se mantienen regularmente relaciones económicas y comerciales y en el otro (currency board), reduciendo su independencia monetaria (y política) nacional.

Los acuerdos de cambio

La elección del sistema cambiario puede ser útil para ayudar a controlae wl nivel de inflación u otras variables. La adopción de un régimen cambiario es una manifestación de la política de los gobiernos como un apoyo a su credibilidad.
Los acuerdos de cambio en el SMI se han ido enmarcando alrededor de dos grandes corrientes:
  1. La formación de bloques regionales de estabilidad cambiaria
  2. Una mayor flexibilidad entre las principales monedas
En el primer grupo estaría la Unión Económica y Monetaria (UEM) y la mayor parte de los países en desarrollo mantienen sus monedas ligadas a otra moneda o a una cesta de monedas. El sistema de Bretton Woods funcionó hasta agosto de 1971, el presidente Nixon anunció la inconvertibilidad del dólar en oro. Esta crisis de solventó temporalmente en los Acuerdos de Washington, pero a mediados de 1972, no se podían mantener los márgenes de fluctuación estipulados en los Acuerdos de Washington y los países comenzaron a abandonar los compromisos del sistema y a dejar que sus monedas flotasen libremente. En los Acuerdos de Jamaica en 1976. El SMI de Bretton Woods, se suspendió de iure. El sistema había funcionado como un sistema de tipos fijos pero ajustables, con aplicación de tipos de cambio flotantes, entre los que destacan Canadá entre los países desarrollados y a Líbano entre los países en desarrollo.

Modalidades cambiarias

  • Vinculación a una moneda única. El país se vincula a una moneda fuerte con ajustes poco frecuentes en las paridades.
  • Vinculación a una cesta de monedas o a un conjunto de monedas. Se establece una composición o cesta ponderada donde se incluyen las monedas de los principales socios comerciales o financieros. La ponderación monetaria, recoge elementos específicos del país, reflejando la distribución geográfica del comercio, servicios o flujos de capitales aquí está el DEG o el Euro. Pueden estar estandarizados como el DEG.
  • Flexibilidad limitada respecto a una moneda única. El valor de la moneda de mantiene dentro de unos márgenes de fluctuación alrededor de la moneda elegida, correspondiéndose a la volatilidad en el régimen de márgenes más amplios que precedió a la II Enmienda del Convenio Constitutivo del FMI.
  • Flexibilidad limitada: Acuerdos de cooperación. Los países incluidos en algún acuerdo específico de carácter cambiario como lo fue el Mecanismo de Cambio del Sistema Monetario Europeo u ahora, el Acuerdo de cooperación monetaria de Asia.
  • Más flexible: Ajustado según un conjunto de indicadores. La moneda se ajusta más o menos automáticamente, en respuesta a los cambios en indicadores cuantitativos seleccionados. Un indicador común: es el tipo de cambio efectivo real, que refleja variaciones en la inflación ajustada en la moneda, respecto a los principales socios comerciales.
  • Más flexible: Flotación administrada. El Banco Central apoya el tipo de cambio, pero lo varía en consonancia con determinados indicadores, como la posición de la Balanza de Pagos o las reservas internacionales.
  • Más flexible: Flotación independiente. Los tipos están determinados por el mercado, si hay intervenciones van a moderar el tipo de cambio más que a establecer un nivel del mismo.

Vinculación a una sola moneda

Dentro del grupo de tipos de cambio con menor grado de flexibilidad, está la vinculación a una moneda única. Dicha moneda circula como moneda de curso legal. Los países que se vinculan a una moneda fuerte: Ventajas:
  1. Mayor estabilidad financiera propiciada por la moneda fuerte
  2. Reducción de los costes administrativos. Los costes que se derivarían de la pérdida del señoraje y la falta de una política monetaria independiente, se consideran menores que los beneficios señalados.

Juntas monetarias (Currency Board)

Las Juntas Monetarias o Acuerdos de Estabilización Monetaria (Currency Board) es una de las modalidades de vinculación a una moneda. El país vincula a su moneda, a la moneda de un país más importante en el sistema económico mundial y las emisiones de moneda nacional están apoyadas por la moneda extranjera. Los orígenes de este tipo de vinculación: en el Imperio Británico y su relación con las colonias. El primer intento de Junta Monateria se encuentra en 1849 en la Isla Mauricio. La descolonización de los años 50 y 600, redujo el interés por este tipo de acuerdos cambiarios. En la actualidad se utilizan versiones modificadas como forma de estabilizar la moneda local. Las principales características de las Juntas Monetarias actuales son:
  • Elección de una monedad fuerte.
  • Vinculación de la moneda nacional a la moneda extranjera elegida.
  • Fijación del tipo de cambio entre ambas monedas
  • Existencia de reservas importantes de la moneda fuerte.
  • Existencia de dos posibilidades:
    1. Circulación paralela de la moneda extranjera y la moneda nacional.
    2. Sustitución de la moneda nacional por la moneda fuerte.
  • Renuncia a la devaluación para proporcionar mayor credibilidad al acuerdo cambiario.
Las ventajas radican en la posibilidad de obtener mayor estabilidad financiera y mayor credibilidad. Es recomendable, para los países con hiperinflación, que no pueden controlarla con los medios tradicionales y para los países con economías en transición que carecen de estabilidad económica y financiera. Inconvenientes: se derivan de la vinculación a una moneda fuerte, ya que se establece con países con una estructura productiva más desarrollada y con mayor productividad. Otro inconveniente es la existencia masiva de moneda fuerte en circulación podría acarrear problemas de gestión de la política monetaria y macroeconómica interior. Trece países tienen organizado un Currency Board (Bosnia y Herzegovina, Brueni Darussalam, Bulgaria, Hong Kong SAR, Djibuti, Estonia y Lituania).

Juntas monetarias o Currency Board

Ejemplos de Currency Board

  1. Vinculados al dólar americano:
    • Bermuda (1915)
    • Islas Caimán (1972)
    • Hong Kong (1983)
    • Argentina (1991)
    • Lituania (1994)
  2. Vinculados a la libra:
    • Islas Malvinas (1899)
    • Gibraltar (1927)
  3. Vinculados a otras monedas:
    • Brunei (1976): dólar de Singapur

La dolarización

La existencia de un elevado e incontrolado nivel de inflación impide que una moneda funciones eficientemente como depósito de valor, unidad de cuenta y medio de cambio. En los países con un elevado índice de inflación, almoneda nacional tiende a abandonarse de forma gradual a favor de una moneda más estable. El dólar es la moneda de referencia más generalizada para una vinculación monetaria. El DEG no se utiliza casi. El euro queda limitado a los países con relaciones históricas o geográficas con la UEM.

A este fenómeno de sustitución monetaria se le llama dolarización. Los residentes encuentran menos arriesgado y más rentable mantener los activos en moneda extranjera. La dolarización se ha dado mucho en los países de América Latina con un elevado y persistente nivel de inflación.

En los países del Este de Europa, salvo algunas excepciones, el mantenimiento de moneda extranjera por residente estaba prohibido totalmente bajo el anterior sistema de economía planificada centralmente. Una elevada y secular inflación llevó a una creciente dolarización de las economías.

La sustitución monetaria permite la diversificación de las carteras y la acumulación de reservas internacionales, su presencia puede alterar la gestión de política monetaria y de política macroeconómica, en la medida en que el componente de moneda extranjera, no puede ser controlado por las autoridades monetarias de forma directa. Se recomienda que en esos casos se mantenga una fuerte disciplina fiscal, no es recomendable acudir a medidas artificiales que fuercen la conversión de activos extranjeros en activos nacionales, cuyo efecto sería proporcionar un mayor incentivo a las presiones inflacionistas.

En la medida en que se han habilitado políticas financieras y fiscales saneadas, el proceso de sustitución monetaria se reduce, a pesar de haber descendido la inflación, permanece cierto grado de dolarización. En una economía dolarizada no es posible una devaluación.

Una economía dolarizada no está exenta de crisis externas por la ampliación de la prima de riesgo que se aplique al país por las consecuencias que pueda tener sobre la economía interna. La dolarización reduce la frecuencia de esas crisis y facilita la integración comercial con el país cuya moneda se toma como referencia. Otro de los aspectos es la pérdida de ingresos procedentes del señoreaje, que pasa a engrosar las arcas de la FED (Reserva Federal Americana). Esa es una de las razones por las que se ha sugerido a Estados Unidos que comparta el señoreaje con los países dolarizados.

Hay que destacar la importancia que tiene para los países dolarizados mantener el tipo de cambio como exige la dolarización. Con la dolarización una devaluación real sólo puede lograr vía reducción de los salarios y precios o un menor crecimiento económico. Esos ajustes de la economía interna, pueden afectar al funcionamiento industrial y al tejido social, por la resistencia que ofrecen los salarios y los precios ala baja. El resultado puede ser una recesión.

Las economías con Currency Board podrían devaluar su moneda nacional en presencia de desajustes serios, la experiencia muestra que las autoridades monetarias se resisten a tomar esa medida. Con un Currency Board, el Banco Central del país tiene cierto margen para crear dinero; pero en una economía dolarizada, el Banco Central no tiene capacidad para crear liquidez.

Algunas de las ventajas e inconvenientes de la dolarización

Ventajas:
  1. Incorporación de la credibilidad que proporciona la moneda a la que se ha vinculado el país.
  2. Eliminación o reducción de los ataques especulativos contra la moneda nacional.
  3. Recuperación de la confianza en el sistema financiero interno.
  4. Facilidad para la integración comercial y financiera con el país cuya moneda se ha adoptado.
  5. La reducción de la prima de riesgo del país con sus efectos beneficiosos sobre el tipo de interés y sobre la carga financiera de la deuda externa.
Inconvenientes:
  1. La pérdida de la moneda nacional considerada como parte del patrimonio del país.
  2. la pérdida de la renta por señoreaje.
  3. La diferente estructura económica entre el país dolarizado y el país de referencia.
  4. La escasa o nula funcionalidad del Banco Central nacional.
  5. La imposibilidad de salirse de la dolarización una vez que se ha adoptado.

Unión monetaria

Modalidad cambiaria que han adoptado, especialmente en África y el Caribe, las monedas de los países participantes se han vinculado a una moneda fuerte, normalmente el dólar o el euro. La Unión Monetaria es un acuerdo en el que la moneda común circula entre los países participantes. La UEM también difiere de las uniones monetarias actuales, dado que el euro no está vinculado a ninguna otra moneda fuerte. El euro es una divisa fuerte.

La zona del franco CFA

Son 14 los países que participan en este acuerdo monetario desde 1948. Los acuerdos de cambio que mantienen con Francia, son similares a los que mantienen los países de la zona del franco CFA. Los países miembros son los países de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental, integrada por lo países miembros del BCEAO o Banco Central de África Occidental, y los 6 países de la Comunidad Económica y Monetaria del África Central, integrada por los miembros del BEAC o Banco Central de los estados de África Central.
El BCEAO o Banco Central de los Estados del África Occidental es el encargado de emitir el FCFA para los países de la Unión Monetaria del África Occidental, y el BEAC o Banco de los Estados del África Central los emite para los países del Área Monetaria del África Central. Las monedas de los países participantes de la zona del FCFA mantenían un tipo de cambio fijo con el franco francés y ahora lo mantienen con el euro.

Unión monetaria del Este del Caribe

Unión Monetaria con una moneda común que circula entre los Estados miembros, es la de los 6 países del Caribe. Mantienen acuerdos de cambios fijos y utilizan una moneda común: el dólar del Este del Caribe. La moneda común esta vinculada al dólar americano y la emite del Banco Central del Este del Caribe.

Los Acuerdos de Cooperación con flexibilidad limitada

Con los Acuerdos de Cooperación con flexibilidad limitable, las monedas participantes en el acuerdo deben respetar unas bandas de fluctuación entre ellas, flotando libremente respecto al resto de las monedas que no participaban en el acuerdo. En mayo de 2001 diez países asiáticos miembros de ASEAN, más Japón, China y Corea del Sur, decidieron impulsar un acuerdo de cooperación monetaria entre sus Bancos Centrales, para evitar la repetición de la volatilidad monetaria que condujo a la crisis asiática en 1997. con este acuerdo se pretende, que los países cuya moneda sufre un ataque especulativo, puedan tener liquidez para afrontar la crisis.

Acuerdos de cambio con mayor flexibilidad

En el grupo de los acuerdos de cambio con mayor flexibilidad, el sistema menos flexible es aquel en el que el tipo de cambio de la moneda se ajusta en respuesta a unos indicadores seleccionados. Una modalidad todavía no encuadrada en ninguna de las clasificaciones, pero intermedia entre el ajuste vinculado a indicadores económicos y la fijación de una banda de fluctuación fijada previamente.

Flotación administrada

Los países que adoptan una flotación administrada de su moneda se encuentran en ocasiones con que la determinación de los tipos de cambio por las autoridades monetarias no coincide con la opinión del mercado, surgiendo un mercado paralelo o mercado negro para el tipo de cambio de la moneda nacional. Las monedas con tipo de cambio flotante, donde la oferta y la demandad del mercado determina el nivel del tipo de cambio, las intervenciones de la autoridad monetaria son limitadas, y van dirigidas a aligerar tensiones en el tipo de cambio, y no para fijar un nivel del mismo.

Regímenes cambiarios a plazo

Los regímenes de tipo de cambio a plazo (forward) incluyen las restricciones sobre operaciones con cobertura a plazo y en algunos países en desarrollo, también se incluyen los acuerdos para la determinación de las primas o descuentos a plazo o la provisión de garantías cambiarias por el Banco Central. Entre las tres principales categorías de operaciones en los mercados de cambio a plazo, transacciones comerciales y pagos programados del servicio de la deuda, operaciones de arbitraje de intereses y operaciones sin subyacente, algunos países en desarrollo sólo permiten cobertura a plazo para la primera categoría. La cobertura de operaciones a plazo, para transacciones de la segunda categoría se permite en países que tienen convertibilidad de la cuenta de capital. La tercera categoría cubre exclusivamente operaciones especulativas que acompañan a posiciones abiertas de cambio.

Todos los países industrializados, excepto Islandia, tienen un sistema de tipo de cambio a plazo determinado por el mercado y un elevado nº de países han eliminado las restricciones sobre las actividades con cobertura a plazo, las restricciones al acceso, límites sobre el vencimiento, registros de aceptación para determinadas operaciones, etc.
Los países en desarrollo han continuado liberalizando y desarrollando los mercados a plazo. En 1988, el FMI llevó a cabo una revisión de los mercados de cambio a plazo en los países en desarrollo.

Tipos de cambio múltiples

Los tipos de cambio múltiples, se definen como los diferentes tipos de cambio de una moneda, según el tipo de operaciones, operadores y monedas, resultado de la segmentación del mercado, producto a su vez de la actuación oficial y sujeto a la jurisdicción del FMI. Se utilizan por motivos de Balanza de Pagos, para impulsar operaciones determinadas, incrementar la renta, controlar los precios, y subvencionas determinadas partidas de la Balanza de Pagos. Los tipos de cambio múltiples influyen y distorsionan los precios relativos, la distribución de la renta y la asignación de los recursos.

La tendencia hacia el abandono de las prácticas de tipo de cambio múltiples ha sido progresiva. En junio de 1957, el FMI instó a los países miembros a tomar medidas encaminadas a simplificar sus estructuras cambiarias, incluyendo la ayuda y la asistencia técnica precisa para colaborar en esta transformación.
A finales de los 50 y principios de los 60, la consecución de la convertibilidad de las monedas en los países industrializados y la mejora en el comercio internacional favoreció la simplificación de los sistemas cambiarios. Los países en vías de desarrollo tuvieron una evolución más discontinua que los países desarrollados. A finales de los 60, incrementaron la utilización de tipos de cambio múltiples. A finales de los 70. Los países en desarrollo incrementaron el recurso a los tipos de cambio múltiples, dadas las dificultades de las balanzas de pagos. A finales de los 80, ha descendido el nº de países que utilizan un régimen de cambio múltiple y sólo en 10 países miembros del FMI se aplicaban prácticas cambiarias múltiples en las transacciones de capital.

Hoy día se tiende a la liberalización de las prácticas cambiarias múltiples, y a la implantación de regímenes cambiarios unificados. En los países que en los 90 lo han establecido se las considera medidas transitorias, como paso previo de un plan más amplio para liberalizar el comercio y el tipo de cambio.

Zonas monetarias óptimas

La posibilidad que tienen los países de elegir un sistema cambiario que va, desde la libre flotación de la moneda a la flexibilidad limitada, vinculados a una moneda o a una cesta de monedas, plantea la cuestión de los costes y los beneficios esperados por adherirse a un sistema y no a otro, con el objeto de identificar la zona geográfica más idónea (óptima) para establecer si procede una unión monetaria.
La Unión Europea, es un ejemplo de zona monetaria óptima.

La teoría de las zonas monetarias óptimas fue iniciada por Mundell en 1961 y continuada por McKinnon (1963) y por Kenen (1969). El establecimiento de los objetivos de una zona monetaria óptima, se evalúan en función de los resultados macroeconómicos de equilibrio interno (inflación y desempleo) y externo (Balanza de pagos).

Entre los costes figuran:
  1. La pérdida de la moneda nacional, sustituida por una moneda común de la zona.
  2. La pérdida de independencia de la política monetaria.
  3. La cesión de soberanía para utilizar el tipo de cambio de la moneda en pro de intereses de política económica interna.
  4. La pérdida de la soberanía para controlar la oferta monetaria. Son costes de alcance macroeconómicos, ligados a la pérdida de la soberanía nacional, y de control de la gestión del Banco Central de la política monetaria y cambiaria.
Los beneficios están vinculados a los efectos que sobre la economía se producen, al sustituir la moneda nacional por una moneda común. Los beneficios pueden ser de dos tipos:
  1. Beneficios procedentes de la eliminación del coste de transacción en divisas
  2. Derivados de la pérdida de riesgo de cambio al adoptarse una moneda común.
La teoría tradicional de las zonas monetarias óptimas está basada en el análisis de los costes derivados de la unión monetaria y es muy pesimista sobre las posibilidades de lograrlos con un coste reducido.
El estudio tradicional parte de un shock de demanda y analiza los efectos macroeconómicos sobre los países que integran la unión:
  1. Caída en la producción nacional e incremento del empleo en el país II.
  2. Las balanza por cuenta corriente se verá afectada por el desplazamiento de la demanda agregada, tanto en el país I como en el país II, ambos con moviendo de signo opuesto, siempre que el gasto interno en el país no se vea afectado, por el desplazamiento de la demanda interna.
El descenso en la producción en el país I, llevará una pérdida de puestos de trabajo ya un incremento del desempleo que tendrá que ser afrontado con más gasto público para mantener la renta disponible del país I, y también se producirá un incremento del déficit público. Lo contrario ocurrirá en el país II, cuyas cuentas exteriores y presupuestarias internas, se verán beneficiadas por el shock de demanda. Dichos beneficios pueden generar a su vez presiones inflacionistas en el país II si la capacidad productiva de los recursos está en pleno empleo.
La teoría tradicional de las zonas monetarias óptimas mantiene la existencia de dos condiciones, que permiten que las economías logren el equilibrio de forma automática. Estas condiciones son:
  1. Flexibilidad de salarios
  2. Movilidad del factor trabajo
Si existe flexibilidad de salarios y los trabajadores del país I están dispuestos a aceptar una reducción de los salarios y los del país II están en condiciones de incrementarlos, se puede llegar a un nuevo equilibrio.

La movilidad de la mano de obra también colabora al equilibrio, siempre que los trabajadores:
  1. Quieran y puedan desplazarse libremente de un país a otro.
  2. Exista demanda de mano de obra.
  3. Donde las posibilidades de crecimiento potencial de la producción les garantice el mantenimiento de su puesto de trabajo y del nivel de renta. El desplazamiento de los trabajadores al país II, reducirá la presión sobre los salarios internos incrementando la oferta de mano de obra, disminuyendo la presión sobre la inflación y sobre la balanza corriente.
En casos donde no existe flexibilidad de salarios y hay escasa de movilidad de la mano de obra, los desequilibrios sólo pueden afrontarse vía política monetaria o política fiscal.

La Unión Económica Monetaria (UEM) supone la aceptación de una moneda única, una política monetaria común, con instituciones como el Banco Central Europeo y el Sistema Europeo de bancos Centrales, que son los ejes del sistema para la gestión de la política monetaria.

Zonas objetivo

Según el informe del G-10, una zona objetivo es la delimitación por las autoridades de “amplios márgenes alrededor de un conjunto de tipos de cambio diseñados para ser consistentes con un modelo sostenible de balanza de pagos”.
Frenkel y Goldstein definen a las zonas objetivo como un “sistema de tipos de cambio híbrido que combina algo de los elementos y características de los sistemas de tipo de cambio flexibles y vinculado”.

La mayoría de los regímenes de tipos de cambio fijo han sido zonas objetivo, incluido el patrón-oro, el sistema de Bretton Woods y el SME. Todo depende, de la forma como se defina la zona objetivo y sus características. Según se definan características, el resultado puede ser una zona objetivo de carácter estricto o de carácter flexible.
Entre las características que puedan delimitar la definición de una zona objetivo, estarían:
  1. La amplitud de la zona objetivo, fuera de cuyos márgenes los tipos de cambio estarían desalineados.
  2. La frecuencia con que se pueden efectuar cambios
  3. El grado de publicidad que se dé a las características de la zona
  4. El tipo de compromiso para mantener los tipos de cambio dentro de los márgenes establecidos.
Zona objetivo de carácter estricto: incluiría unos objetivos de política monetaria destinados a mantener los tipos de cambio dentro de una estrecha banda de fluctuación, con revisiones poco frecuentes y con publicidad de las características de la zona.
El Sistema de Bretton Woods y el SME estarían en la definición estricta de una zona objetivo, con las siguientes puntualizaciones:
  1. En una zona objetivo no es necesario la intervención para mantener el tipo de cambio dentro de los márgenes permitidos.
  2. En una zona objetivo de pueden establecer procedimientos para cambiar la zona, cuando se considere preciso.
  3. Como no es necesaria la intervención para mantenerse dentro de las bandas de fluctuación, no es preciso arbitrar facilidades de crédito con esta finalidad.
Estas diferencias entre lo que se considera una zona objetivo de carácter estricto, con un sistema de tipos de cambio fijos, indican que es más flexible y menos susceptible de ataques especulativos en una sola dirección que un sistema de tipos de cambio fijos, con una banda definida de fluctuación.

Zona objetivo de carácter flexible: sería una zona con una banda ancha de fluctuación, con revisiones frecuentes, escasa o nula publicidad de los objetivos de la zona y con una política monetaria menos atenta a los movimientos de los tipos de cambio. Esta definición se podría acercar a lo que es un sistema de flotación administrada, con la diferencia de que en la zona objetivo, las autoridades vigilan o supervisan la evolución de los tipos de cambio, en el marco de un acuerdo concertado de los tipos de cambio de las principales monedas mediante una relación establecida de política macroeconómica y cambiaria. Los Acuerdos del Plaza de 1985, serian lo más aproximado a este tipo de definición de zona objetivo.

La experiencia monetaria europea

El Tratado de Roma no tenía previsto establecer un área monetaria. Sólo un artículo del Tratado contemplaba la creación de un comité monetario.
Cuando se firmó el Tratado, el Sistema Monetario Internacional de Bretton Woods todavía garantizaba la estabilidad monetaria y el Fondo Monetario Internacional imponía la disciplina monetaria del Sistema.
La primera iniciativa europea para establecer una unión económica y monetaria la propusieron los Jefes de Estado y de Gobierno de la CE en la Conferencia de la Haya en 1969. El resultado fue el Informe Werner aprobado en febrero de 1971. La crisis desencadenada en el SMI en agosto de 1971 desvió la atención de los gobiernos europeos hacia el problema monetario internacional. En abril de 1972, los países de la Comunidad firmaron el Acuerdo de Basilea, por el que se establecieron unos márgenes de fluctuación para las monedas europeas, más estrechos que los Acuerdos de Washington.
El Acuerdo de Basilea estuvo en vigor hasta la puesta en marcha del SME, en 1979. Al sistema de estrechamiento de los márgenes de fluctuación de las monedas comunitarias se le conoció como serpiente monetaria europea, y funcionó de abril de 1972 a marzo de 1979 considerándose el precursor del SME.

En octubre de 1973 de desencadenó la crisis del petróleo que agravó aún más la crisis monetaria internacional. El Informe Werner se olvidó, será tenido en cuenta en los años 80 al replantearse una Unión Económica y Monetaria en Europa.
El acuerdo alcanzado en la reunión del Consejo de Europa de Bremen, en 1978, puso en marcha el Sistema Monetario Europeo (SME). Se configuró un sistema monetario en dos etapas, una inicial o fase de transición, y una segunda fase donde se procedería a la creación del Fondo Monetario Europeo.
El SME pasó por diferentes etapas o fases, atendiendo a la situación económica de los países europeos y de la economía internacional, y a la propia experiencia que los Estados miembros iban adquiriendo. El paso definitivo en la experiencia monetaria europea se dio con la propuesta de una Unión Económica y Monetaria (UEM) y la fijación de unas condiciones o criterios de convergencia nominal, para los países participantes en la moneda única, el euro.

¿La UE es un área monetaria óptima?

La Unión Europea carece de flexibilidad salarial y la movilidad de la mano de obra es muy restringida a pesar de los esfuerzos realizados a partir de la puesta en marcha del mercado único. Existen diferentes potenciales de crecimiento económico entre los países miembros y el presupuesto comunitario es de escaso volumen para actuar en caso de un impacto asimétrico. Se afirma que la Unión Europea no es un área monetaria óptima. La UEM en su pleno funcionamientos está inscrito en un escenario característico por:
  1. Mercado único.
  2. Moneda única.
  3. Libre circulación de capitales.
  4. Tendencia a la convergencia de las economías nacionales.
  5. Política monetaria única.
  6. Bancos Centrales independientes.
  7. SEBC y BCE.
Desde e punto de vista funcional, en la UE:
  • Se mantiene un sistema presupuestario descentralizado con decisiones y ejecuciones presupuestarias independientes a nivel nacional.
  • Mantiene un presupuesto central comunitario de escasas proporciones para hacer frente a los desequilibrios de las economías de los estados miembros.
  • Intervención en el origen, a través de Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
  • Cláusula de no corresponsabilidad financiera o cláusula de no bailout, que impide que el resto de los Estados miembros o la propia UE financien los excesos fiscales de un estado miembro.
La descentralización fiscal en la unión y el mantenimiento de la autoridad nacional en materia presupuestaria, dificulta la capacidad de la UE como área de integración, para hacer frente a los desequilibrios económicos de los Estados miembros y evitar que se produzcan conflictos en el área de integración monetaria.
Además de las divergencias de las economías mencionadas y la descentralización fiscal, hay otros elementos que distorsionan los objetivos de una zona monetaria óptima, como son:
  • Las divergencias en los mercados de trabajo
  • Los diferentes potenciales de crecimiento económico.
  • La propensión al déficit y las vías para su financiación.
Si se analiza una zona monetaria óptima, es preciso valorar los beneficios y especialmente ponderar las posibilidades de crecimiento y desarrollo en un mercado crecientemente globalizado y con una fuerte competitividad procedente de los países en desarrollo, vía costes, y de los países más fuertemente industrializado, vía tecnología. Una moneda común, potencia los beneficios directos relacionados con la eliminación de los costes que conlleva el cambio de divisas, y con los beneficios no directamente cuantificables, que se pueden obtener de la eliminación de la incertidumbre sobre la evolución del tipo de cambio.

Acuerdos Monetarios y Cambiarios del Área del Euro

El Tratado por el que se establece la Comunidad Europea contempla explícitamente la conclusión de acuerdos monetarios y cambiarios con terceros países y organismos internacionales. El objetivo de los acuerdos: garantizar la continuidad de los regimenes en vigor tras la introducción del euro y evitar así que se alteren las relaciones. El fundamento jurídico se encuentra en el artículo 111 del Tratado donde de distinguen tres formas de acuerdos:
  1. Acuerdos formales sobre regímenes cambiarios para el euro en relación con monedas no comunitarias.
  2. En ausencia de un régimen cambiario, la UE podrá formular orientaciones generales para la política cambiaria de la zona del euro en relación con monedas comunitarias.
  3. La suscripción de acuerdos referentes a asuntos monetarios y cambiarios con uno o más Estados u organismo internacionales.
El Mecanismo de Tipos de Cambio II de la Unión Europea (MTC II) no corresponde a ninguna de las categorías incluidas en el articulo 111, ya que se refiere a las relaciones cambiarias entre el euro y otras monedas de la UE y no a las relaciones cambiarias que existen entre el euro y monedas extracomunitarias que son las objeto del articulo 111 del Tratado. Todos los países y territorios que tienen algún acuerdo monetario en vigor con la UE tenían una motivación inmediata para introducir el euro, como:
  1. Utilización con moneda oficial de una moneda nacional de una Estado miembro de la UE antes de la implantación del euro.
  2. La continuación de las relaciones existentes.
  3. La existencia de unos lazos económicos y políticos entre estos países y el país de la moneda que utilizaban como ancla.
  4. La eliminación de los costes de transacción asociados al cambio de las monedas utilizadas y la estabilidad macroeconómica asociada.
Hay acuerdos suscritos con Mónaco, San Marino y la Ciudad del Vaticano, como países europeos independientes. Hasta finales de 2001, se había utilizado en Mónaco el franco francés. En San Marino y la Ciudad del Vaticano, la moneda oficial era la lira italiana. Estos acuerdos permiten a los tres países utilizar el euro como moneda nacional, pero:
  1. Les obliga a otorgar carácter de moneda de curso legal a los billetes y monedas en euros desde el 1 de enero de 2001.
  2. No se les permite emitir billetes, aunque sí cierta cantidad de monedas en euros, anualmente.
  3. En San Marino y Ciudad del Vaticano la cantidad de monedas a acuñar se ha fijado en términos absolutos, mientras que en Mónaco la cantidad anual es en proporción del número de monedas acuñadas por Francia en ese año.
  4. Las monedas en euros, acuñadas por los tres países tienen que ser idénticas a las acuñadas por los países de la zona del euro.
  5. Las monedas en circulación emitidas por los tres países son monedas de curso legal en todos los países que utilizan el euro como moneda oficial.
  6. Las monedas de colección emitidas con ocasión de algún acontecimiento nacional y con denominación diferentes a las de las monedas en circulación, sólo son monedas de curso legal en el país en el que se emiten.
  7. Al igual que los países de la zona euro, estos países pueden acuñar monedas para la circulación de carácter conmemorativo, por acontecimientos de importancia histórica y tienen un valor nominal de dos euros.

La utilización del euro

El euro se utiliza, en Mayotte, San Pedro y Miquelón y en los departamentos franceses de ultramar. Dinamarca, Francia, Países Bajos y Reino Unido, mantienen relaciones especiales con los Países y Territorios de Ultramar (PTU) que sin formar parte de la UE, tienen un estatus independiente, con un grado de autonomía y con un estatus especial de asociación. De los 21 PTU, siete forman parte de un país del área del euro.

Con la Unión Económica y Monetaria las competencias de política monetaria y cambiaria se transfirieron a la UE, lo que significa, que para mantener los acuerdos cambiarios suscritos antes de 1999, se requiere la aprobación de la UE.
En 1998, Francia y Portugal pidieron que se mantuviesen sus acuerdos cambiarios en vigor. Francia con tres acuerdos, objetivo: garantizar la convertibilidad del Franco CFA y del franco de las Comores en francos franceses a una paridad fija. En los dos primeros acuerdos se utilizaban el Franco CFA. Los acuerdos eran los siguientes:
  1. Con la Unión Económica y Monetaria del África Occidental
  2. Con la Unión Económica y Monetaria del África Central
Estos acuerdos de Francia y Portugal conllevaban compromisos financieros con estos países, pero la UE a pesar de haber autorizado la vinculación de las tres monedas al euros, el escudo de Cabo Verde, el franco CFA y el franco de las Comores, ni la UE, ni el Banco Central Europeo, ni parte alguna del Eurosistema se han convertido en parte contratante de los acuerdos, por lo tanto están excluidas las obligaciones financieras o de otro tipo por parte de la UE. Mónaco, San Marino y la Ciudad del Vaticano, Mayotte y San Pedro y Miquelón, no están autorizados a emitir sus propias monedas en euros.

La institución encargada de emitir los billetes y monedas en euros es IEDOM, que es una institución francesa de carácter público con personalidad jurídica propia y autonomía financiera. Es un organismo del Banco de Francia. Francia se encarga de garantizar que la legislación comunitaria se aplique en estos dos territorios.
Con el franco CFP existe un vínculo con el euro, que ha sustituido al anterior vínculo con el franco francés. El franco CFP es la moneda que se utiliza en la Polinesia Francesa, Nueva Calcedonia y dependencias, y las Islas de Wallis y Futuna. Estos territorios forman parte de Francia pero no de la UE.

La sustitución del franco francés CFP se había previsto en el Protocolo sobre Francia con una nexo al Tratado de la CE. En el Protocolo se estipula que Francia:
  1. Mantiene el privilegio de emisión de moneda en sus territorios de ultramar.
  2. Tiene el derecho exclusivo a determinar la paridad del franco CFP. Significa que cuando Francia desee modificar la paridad de esa moneda con el euro puede hacerlo sin ninguna intervención comunitaria.
El IEOM o mantiene vínculos financieros son el Banco de Francia u otra institución del Eurosistema, pero el gobernador del Banco de Francia participa en el gobierno de esa institución como presidente del Consejo de Supervisión.

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