Constitución y Desarrollo

El “europesimismo” reinante al inicio de los años ochenta, alimentado tanto por los efectos de la crisis económica mundial como por la difícil discusión interna sobre el reparto de las cargas financieras, dio paso, a partir de 1985, a una nueva esperanza de relanzamiento de la dinámica europea. Sobre la base de un Libro blanco, presentado en 1985 por la Comisión, presidida por Jacques Delors, la Comunidad decide completar la construcción del gran mercado interior para el 1 de enero de 1993. Esa fecha movilizadora y las disposiciones legislativas que hicieron posible la concreción de un objetivo tan ambicioso quedaron consagradas en el Acta Única Europea, firmada en febrero de 1986 y que entró en vigor el 1 de julio de 1987.

El Tratado de la Unión Europea, que entro en vigor el 1 de noviembre de 1993, fija a los Estados miembros un programa ambicioso: unión monetaria de aquí a 1999, nuevas políticas comunes, ciudadanía europea, política exterior y de seguridad común, seguridad interior. Además, para permitir a Europa hacer frente a la competencia mundial y hacer descender el paro, el Consejo Europeo decidió iniciar grandes obras de infraestructuras y de comunicaciones en Europa. El método comunitario, basado en el diálogo permanente de los intereses nacionales y el interés común, respetando las diversidades nacionales y creando al mismo tiempo una entidad propia de la unión, no ha perdido en absoluto su valor inicial.

Compartir